La estación. La estación de Canfranc es una enorme y bella nave varada en un angosto
valle condenada a una muerte lenta pero inexorable. Una visión decadente y
triste de lo que pudo ser y no fue. El paso del tiempo y el duro clima son unos
verdugos inclementes que ya han dado cuenta de las instalaciones auxiliares de
la estación y de los trenes de época cuyas carcasas yacen en las vías muertas
del enorme recinto. El “Paseo de los Melancólicos” por la ladera de la montaña
nos permite tener una vista este universo ferroviario en descomposión.
El alojamiento. Casa Marieta. Trato familiar. Correcto. Un pequeño inconveniente es que
sirven el desayuno a partir de las 7:30h, lo que nos hizo iniciar la etapa a
las 8:15h. Restaurante el Rincón del Pirineo. Contundente y aceptable.
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Ya tenemos el carnet de peregrinos! |
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El túnel internacional que nos había de conectar con Francia |
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La vegetación oculta la ruina de trenes e instalaciones |
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