Itinerario. Desayunamos en la habitación del hotel. Carga de hidratos de carbono y
azúcares. A las 7:15 h iniciamos el camino.
En breve encontrados la subida a Arres que va alcanzando altura por la
ladera de montaña. A pesar de la dificultad de la subida, el sendero es muy
agradable, de una fertilidad agreste húmeda, vigorosa, extraordinaria. Flores y
mariposas de todos los colores salpican todo el paraje. A la derecha la vista
del valle, el rio a lo lejos y al fondo las montañas. Este trozo es final de
etapa para quienes pernoctan en el albergue de Arres. Con más de 20 Km en las
piernas, estos peregrinos seguramente son más insensibles a la belleza del
camino.
A partir de Arres, el
camino regresa al valle y entra en un mar de diferentes
tonalidades amarillas de campos de
cereales. Escasean las sombres y el calor es sofocante. No entramos en los pueblos próximos al camino:
Martes y Mianos. Afortunadamente antes de llegar encontramos un torrente con
una lámina de agua que es suficiente para darnos un baño. Artieda nos acoge en
lo alto de un cirro que nos hace consumir las últimas fuerzas.
Peregrinos. Compartimos parte del camino y albergue con dos peregrinos que viven y
trabajan en Alicante. Uno de ellos es un veterano del camino y avanza con un
paso regular y constante. Para el otro, Domingo, es su primera experiencia del
camino. Es liviano y anda igual que habla: atropelladamente, incansablemente,
repite las frases dos veces. Hablando con Pere toman delantera al grupo y se
despistan en una señal del camino. Hay que llamarles por teléfono para que
regresen al punto correcto.
Pueblos. Arres es un bonito pueblo con casas de piedra rehabilitadas con un
albergue de peregrinos y un bar. La responsable del Albergue nos da noticias de
Fran. Ha pasado allí la noche. Artieda ocupa la cima de una pequeña montaña,
con magníficas vistas. Vemos a poniente
el pantano de Yesa y, en nuestra ingenuidad, suponemos que la etapa de
mañana será umbría y fresca. En Artieda hay dos casas rurales. Las alquilan
enteras por semanas. No conseguí que me alquilaran dos habitaciones. Así que
vivimos la experiencia del albergue de peregrinos. Correcto, aunque sin las
comodidades e intimidada que da una habitación con baño.
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Inicio de etapa a la puerta del hotel |
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Vista de general de Arres |
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Receso en una de las pocas sombras del camino |
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Reencuentro y algo de escarnio para los avanzados que han equivocado el camino |
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Hora del baño |
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Con nuestros amigos peregrinos de Alicante |
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Vista a poniente con el controvertido pantano de Yesa al fondo |
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