martes, 23 de julio de 2013

15/07/2013 El regreso



A primera hora cogemos un autobús que nos lleva a la estación de autobuses de Pamplona. Es el día después del “pobre de mí”. La ciudad la vemos limpia aunque todavía hay gente que duerme en los jardines y en la propia estación. Cogemos un autobús a Zaragoza que nos pasea por todos los pueblos de Navarra: Tafalla, Alfaro, Tudela... En Zaragoza el Ave nos devuelve a Barcelona y Girona. 

Hasta la próxima: “Buen camino”.


14/07/2013 Etapa 6: De Lumbier a Monreal



Itinerario. Otra vez la autovía ha cortado el camino original y nos vemos obligados a hacer un tramo por el arcén de la carretera y después a través de una pista forestal nada transitada llegamos a las proximidades de Nardués. Por un sendero alcanzamos el camino que viene de Sangüesa en dirección a Izco. Una pista va tomando altura progresivamente. A la izquierda en toda la cresta de la sierra una hilera de molinos de viento mueven las aspas languidamente. Las instalaciones eólicas nos acompañaran durante toda la etapa.  Siento las piernas cansadas y, para más inri, en mal paso me he torcido mi punto débil: el tobillo derecho. A partir de Izco, el camino divide llanuras de campos de trigo, cebada, mijo…A pesar del cansancio los últimos kilómetros pasan rápidos, en volandas por la ilusión de llegar al final. De Salinas de Ibargoiti a Monreal, un corredor arbóreo nos refresca y nos da la bienvenida a Monreal que aparece ante nosotros en una pequeña colina.
Monreal es un pueblo pequeño pero animado. Nos hospedamos en la casa rural Etxartenea en el centro del pueblo. Habitaciones y baños amplios y limpios. Comemos y cenamos en casa Cipri, regentado por una pareja joven y amable.  Los huevos fritos y estrellados extraordinarios.
Gente del camino. En el centro social, pegado a la iglesia, pasan el día (es domingo) un grupo de hombres del pueblo, que o bien ocupan una de las mesas del salón o bien se abocan a la balconada del local desde donde, mientras se animan cerveza tras cerveza,  observan a los recién llegados o intercambian alguna socarronería con algún vecino que pasa por el lugar. Durante la visita (guiada!) a la iglesia se nos une un grupo de peregrinos alojados en el albergue. Uno de ellos es…el coreano.  Un peregrino que viene con él, nos desentraña alguno de los interrogantes que el personaje nos plantea. Según este peregrino, el coreano ha llegado a Bilbao desde Corea en avión privado. Algunos tramos del camino los hace en taxi. Y ¿por qué hace el camino? Se ve que la primera novela de Paulo Coelho “El Peregrino de Compostela" le genero esta inquietud y curiosidad. Nunca lo hubiera dicho. Conocemos también a un joven irlandés, de Dublín, Steven. Viene desde Toulouse caminando. Es un veterano del camino y ha hecho hasta el camino de la plata. Nos dice que el camino es conocido en Irlanda y que seguro que encontrará compatriotas a partir de Puente de la Reina.

Exultantes ante nuestra última etapa

Pere con los ventiladores a popa

A mi se me parte hasta la sombra...

...en cambio las chicas frescas como las rosas

Al fondo Monreal, fin de nuestro camino

Puente romano

Plaza e iglesia

Así lucimos una vez cambiado el uniforme de peregrino por el de turista

13/07/2013 Etapa 5: De Undues de Lerda a Lumbier




Itinerario. Magnífica etapa. Enseguida dejamos Aragón y entramos en Navarra. Pista entre campos de cereales primero y ya casi a la entrada a Sagüenza por una zona de huertas. Con el fresco de mañana y la conversación animada el tramo ha sido un paseo agradable. De Sagüenza a Liédana se hace por el arcén de la carretera. En Liédana nos hemos refrescado en la fuente de una placita. El tramo hasta Lumbier sigue la vía verde del antiguo tren “Irati” que unía Sagüenza con Pamplona y tiene el rio a su izquierda, aunque a la salida de Liédana hemos de vadear la autovía que no ha respetado la vía. La Foz de Lumbier es un tramo de 2 o 3 Km, donde el rio y el camino están encajonados entre altos murallones, espacio exclusivo de los buitres leonados. Dos túneles, uno en cada extremo delimitan este espacio singular. No podía faltar un frio y reconfortante baño en una playita del rio.

Nos alojamos en el hotel Irubide situado al pie del montículo donde se encarama el pueblo de Lumbier. Nos impresiona agradablemente la actividad del restaurante del hotel. Sin saberlo hemos llegado a un centro gastronómico. No perdemos la oportunidad y hacemos la mejor comida de toda la semana. Platos de presentación espectacular que nos saben a gloria. Por la noche tenemos ocasión de comprobar que nos complace más la comida que el propio alojamiento con habitaciones que dan a la terraza donde numerosos clientes beben y hablan hasta muy tarde.
Pueblos. Sangüesa es una ciudad con todos los servicios y tradición jacobea en la que tenemos la sensación de ser bien acogidos. En una de sus calles nos encontramos a los peregrinos de Javea que han llegado en taxi desde Undues. Descansaran a ver si pueden continuar. En Lumbier, cenamos de tapas en la plaza principal en la terraza del bar La Tieta. El propietario descubre nuestro origen y nos habla en catalán. Nos explica que ha vivido durante muchos años en Girona y Barcelona, donde todavía tiene casa en la calle Montseny.

El equipo al completo con ganas de marcha al inicio de etapa

Cuatro sombras peregrinas se recortan en los campos

Entramos en tierras navarras

El camino entre campos de cereales

Iglesia de Santa Maria de Sangüesa

El buitre leonado controla al personal desde el alto de los riscos de la Foz de Lumbier

Fantástico baño en la Foz!

Plaza e Iglesia de Lumbier

12/07/2013 Etapa 4: De Artieda a Undues de Lerda



Itinerario. El camino original de esta etapa está sumergido en el pantano de Yesa. El itinerario actual carece de los mojones que tanto ayudan al peregrino dándole seguridad en su camino e informándole del avance. La indicación se reduce a una deficiente señalización con las flechas amarillas. La ampliación del pantano en curso supone una nueva amenaza para los cultivos de los pueblos de la zona donde existe oposición al proyecto así como para algunas ermitas. El símbolo de esa oposición son las piedras azules que jalona el camino. Al contrario de lo que habíamos supuesto el camino no pasa por la orilla del pantano, vallada por las obras actuales, sino por una ladera agrietada por torrenteras resecas. En un punto dejamos la carretera y nos internamos por unos bosques más frescos hasta el pueblo de Ruesta. Impresiona la imagen de este pueblo monumental, abandonado y en ruinas. Es el testimonio de la ruina que ha ocasionado el pantano a un pueblo, aun inhiesto, al privarlo de sus campos de cultivo y forzar, por consiguiente, el éxodo de sus habitantes. Una vez más el paisano de Castiello de Jaca tiene razón: siempre pagan los-poca-ropa. Pasado Ruesta encontramos la maravillosa ermita de Santiago. Una larguísima pista forestal que se va elevando progresivamente nos lleva a un paso de montaña a 880 m de altura.  Llegar a este punto resulta agotador por el calor y por el desconcierto de no tener referencia de donde nos encontramos. Las señales del camino han desaparecido en todo este tramo. Sin embargo personalmente tuve dos sensaciones gratificantes en ese cansado tramo. La primera física, recuperando una sensación de mi época de maratoniano. Con Pere hicimos una subida a ritmo rápido y notaba que mis órganos (piernas, pulmones y sobre todo tobillos) respondían al esfuerzo con cansancio pero sin dolor.  La segunda poética. En el último tramo, casi coronando el puerto, las mariposas venían a saludarnos casi tocándonos  y nos acompañaban durante unos metros hasta que llegaba otra a relevarla en este cometido. Posteriormente, Xavi, el chico que lleva el albergue de Undués, nos explicó que hace unos días murió en ese alto un italiano. Lentamente descendemos para encontrar Undués. Antes de llegar encontramos unos tramos de la calzada romana. La etapa no nos ha dado la posibilidad del tan ansiado baño y llegamos extenuados a Undues. Maijo tiene que tumbarse en la sombra del lavadero público para evitar un inicio de desmayo. De la etapa nos quedará la monumentalidad austera de Ruesta y la sorprendente y bella soledad de las ermitas de San Juan y Santiago.
Gente del camino. Adriana, joven emprendedora hostelera, propietaria de la magnífica casa rural donde nos hospedamos y gestora del albergue de peregrinos, nos explica que en lo que va de año han decaído en 150 las pernoctaciones del albergue con respecto al año pasado. En las condiciones actuales el albergue no resulta rentable lastrado por las condiciones de la concesión municipal. Después de 7 años, piensa dejar la concesión antes que acabe el año, dejar la casa rural a cargo de su familia (de Zaragoza) y largarse a Escocia a buscar un trabajo en la hostelería. En el albergue nos encontramos dos veteranos peregrinos orondos que vienen de cerca de Jávea. Tienen lesiones en los pies y mañana cogerán un taxi hasta Sangüesa. El año pasado uno de ellos llegó a Santiago. El otro tuvo que abandonar antes de llegar. Aprovechamos la relación para que compartan taxi con nuestros equipajes y repartir el coste.

En perfecto estado de revista para la salida desde el albergue

Las piedras azules, simbolo de la oposición al pantano de Yesa

Ermita de S. Juan muy deteriorada
 
Ruesta

Ermita de S. Cristobal



Calzada romana a la llegada a Undues

Plaza e iglesia de Undues